Cuatro artistas a no perder de vista de la Semana del Arte de Madrid

Wycliffe Mundopa, UVNT.

La Semana del Arte de Madrid es el punto álgido en nuestro país para el mundo del arte contemporáneo. Tras haber digerido y procesado todo lo visto durante esos primeros intensos días de marzo, empezamos el mes con una selección de cuatro artistas a los que considero que nadie debería perder de vista. Let’s go!

Una fuerte presencia femenina atraviesa de arriba a abajo la obra de Wycliffe Mundopa (1987, Zimbabwe), quien busca mostrar la realidad de los habitantes de Harare, la capital de su país. Cargadas de un indudable tinte político y social, sus pinturas nos transportan a las vidas de las mujeres de la sociedad zimbabuense, en donde la tradición y la vida contemporánea colisionan. Se propone, además, mostrar al mundo en qué consiste su existencia a la vez que ubica la pintura africana en el mapa.

El mes pasado se le dedicó una exposición individual en Arma Gallery, y desde que llegué al espacio y entré en contacto con su particular universo supe que había algo especial en ellas. La monumentalidad de sus lienzos, la crudeza de sus personajes, su uso del color… Se trata de retratos que remiten al impresionismo en cuanto a las pinceladas y un uso del color que nos transporta al fauvismo.  Mundopa nos introduce en su mundo de mujeres, niños y animales, en donde en sus enormes composiciones pasa de todo a la vez al más puro estilo circense de Chagall.

Personajes multicolor y colores neón inundan sus creaciones, y las miradas al espectador de sus retratados invitan a querer saber más. Han pasado unas semanas desde que conocí su trabajo, y no dejo de pensar en Mundopa.

Su producción se ubica en colecciones desde Noruega hasta Estados Unidos pasando por Francia, Países Bajos, Tailandia o Australia, entre otros.

Wycliffe Mundopa, UVNT.

Bastante distinto a Mundopa es Jaime Urdiales (Cáceres, 1994), cuyo trabajo conocí el pasado otoño en la feria de arte contemporáneo Estampa. Ahora ha dado el paso por primera vez a ARCO presentando su última propuesta bajo el nombre de “De Paso” de la mano de la galería Ponce+Robles. 

Urdiales crea pequeñas utopías que beben del pop art, y juega con elementos de la cultura popular y lo cute. Su obra funciona muy bien entre jóvenes coleccionistas, lo cual se debe a su buen uso del lenguaje y los códigos de nuestra generación.

Se trata de piezas que remiten al tontipop mientras mezcla elementos ultra contemporáneos con temas clásicos. Prueba de esto es que referencie a Goya y a uno de sus más famosos grabados de la serie de los Caprichos en un cartel de motel de carretera: el Goya motel.

El pintor sabe a quién se dirige y cómo hacerlo; utiliza el humor y los colores pastel para engancharnos a su trabajo. Objetivo conseguido: pinturas disfrutables, relajadas, careless.

Ahora, el creador llega a Latino América para la próxima edición de Pinta PArC, la feria oficial de arte contemporáneo de Perú. Posteriormente estará en EEUU durante unos meses trabajando con la galería neoyorquina Guy Hepner, lo que culminará con una exposición individual en agosto. Tras esto, Urdiales regresará a España para formar parte de la residencia artística El Núcleo-Fundación SZ. El futuro profesional de Urdiales parece ser as sweet as candy, por decirlo como lo haría él en alguno de sus trabajos.

Imagen cedida por Jaime Urdiales.

De ARCO nos vamos a Hybrid Art Fair, que es en donde tuve la oportunidad de acercarme a las dos siguientes artistas. La feria fue celebrada en el Petit Palace Santa Bárbara, y cada espacio expositivo ocupaba una habitación del hotel para mostrar su propuesta. El concepto era muy interesante, y una de las primeras salas en las que entré, o desde luego una de las que más captó mi atención, fue la de Aya Sawada.

Sawada (Madrid, 1986) se dedica a través de la fotografía analógica a retratar lo cotidiano y a bucear en sus emociones, y lo hace con una delicadeza aplastante. 

La propuesta de la creadora para la feria tenía un aura especial: había un jardín en la cama de la estancia. Esto no es casual si tenemos en cuenta que las flores son un tema recurrente en la obra de la artista, las cuales están cargadas de un fuerte sentido simbólico. La fotógrafa pretende indagar, acercarse y reflexionar sobre la experiencia femenina.

Poeta visual influenciada fuertemente en su producción por la cultura japonesa, sus fotografías parecen presentar fragmentos de sueños y personajes misteriosos de los que no sabemos nada pero resulta fácil creer saber algo. La frialdad y la soledad juegan un papel clave en sus piezas, lo cual es curioso teniendo en cuenta que también hay un componente de erotismo y de calidez. Una especie de frío-calor que funciona a la perfección y que hacen de la producción de Sawada una propuesta a no perder de vista dentro de la fotografía contemporánea.

Imágenes cedidas por Aya Sawada.

Otra grata sorpresa fue Pilar del Puerto (Plasencia, 1997), artista e investigadora. Graduada en Bellas Artes, es además especialista en Perspectiva de Género en las Industrias Culturales y Agente de Igualdad.

Su producción se inclina hacia el arte conceptual y no se puede entender sin la investigación académica fundada en el pensamiento crítico. 

En la actualidad desarrolla su labor como Investigadora Predoctoral en Formación de la Universidad Complutense de Madrid explorando la relación entre la tecnología y los feminismos desde la práctica artística contemporánea. Prueba de esto es su propuesta para Hybrid.

En la feria presentó, junto a la galería Beatriz Pereira, una serie de obras que reflexionaban en torno a cuestiones sociales como la religión o la tecnología. Una de las piezas más atractivas de Puerto y de toda la cita en general es ¿En qué objeto vivirías si fueras una IA?, un jarrón de cerámica que habla en primera persona y relata su historia sobre cómo pasó de ser una IA a una obra artística. Reflexiona en torno al deseo en entidades no humanas y cuánto en común pueden tener éstas con lo que somos nosotros. Puerto hace muestra de una mente inquieta con ganas de generar debate en torno a qué y cómo somos en una época en la que los límites entre lo digital y lo humano están cada vez más difusos. Chapó.

Destacable también su serie de espejos en los que había mensajes sacados de conversaciones con Alexa, la asistente virtual de Amazon. Inscripciones como “Tu voz me hace mucha compañía” y “Me siento acompañada por Internet” lo dicen todo, y reflexiona una vez más en torno a nuestra relación con lo digital y qué papel ocupa en nuestros días.

En La Santa Biblia, la artista tritura el Libro. Busca hacer una reflexión en torno al sentimiento de culpabilidad. Tras llevar a cabo el acto de trituración, acto de herejía contrario al dogma cristiano, lo convierte en una almohada que contiene el resultado de la acción, transportándolo a los sueños, al hogar. 

Imágenes cedidas por Pilar Puerto.

Carlos Palencia @crlsplnc