Javi Lara – ¿Cómo surgió la idea de Liquides Imaginaires y qué te inspiró a crear esta marca?

Philippe di Meo – Liquides Imaginaires no fue concebida como una marca, sino como una exposición de arte en 2011, en la que rendí homenaje a la dimensión sagrada del perfume, a su aspecto místico, al poder de su inmaterialidad, porque el perfume no fue creado para seducir a los humanos, sino sobre todo a los dioses. Así que pensé que si el perfume tiene el poder de fijar para siempre un recuerdo precioso, de celebrar un placer íntimo y de acompañar un ritual sagrado, también sabe pasar de la oscuridad a la luz, ser a la vez poción y antídoto. Eleva, trasciende, hechiza y, por supuesto, confunde. Al igual que Narciso se inclina hacia la fuente de la que bebe y se pierde en la contemplación de su propio reflejo, las fragancias son otros tantos recuerdos depositados en el agua, espejos que sostienen nuestros sueños, nuestros deseos y nuestras confesiones secretas. 

J.L – ¿Cómo eliges las historias, lugares o recuerdos que inspiran cada una de las trilogías de tus perfumes?

P.M – Mis historias son confesiones olfativas, mis historias personales son también una parte importante de la inspiración inicial. Luego añado mitos y leyendas para la parte fantástica y mágica, pero sin nostalgia. Al final, el perfume debe seguir siendo una creación contemporánea que nos proyecte hacia el futuro. Por ejemplo, Fortis se inspiró en un incendio en mi casa. Se quemó todo mi piso y lo perdí todo. Y cuando llegué a casa sólo quedaba un montón de cenizas en el suelo que representaban todo mi pasado. Y me inspiré en este polvo negro para crear una fragancia que me diera fuerzas para afrontar un nuevo futuro, como una reencarnación o como el Ave Fénix que resurge de sus cenizas.