Adam Pendleton y Arlene Shechet toman la galería Pedro Cera

Todas las imágenes cedidas por Roberto Ruiz.

El pasado marzo, en medio de la efervescencia cultural que atravesaba Madrid, la Galería Pedro Cera inauguró una nueva exposición conjunta de los creadores Adam Pendleton y Arlene Shechet, su primera muestra colaborativa. Mientras que el primero presenta cinco pinturas y seis dibujos, Shechet brinda siete piezas escultóricas. Abierta al público hasta el 13 de abril, entramos en la recta final de una de las propuestas más  interesantes de este último mes en el panorama artístico de la capital.

Adam Pendleton (Virginia, 1984) es un creador conceptual estadounidense afincado en Nueva York cuya labor artística abarca desde la pintura hasta la performance, pasando por el collage o el vídeo. La abstracción es una constante en su obra, y en las piezas presentadas evoca a la lógica visual del lenguaje escrito trasladado hasta sus propios límites racionales. Resulta imposible intentar descifrar qué ha redactado el artista en sus lienzos, en los cuales priman el movimiento y la velocidad. Pendleton no evita la representación, es más, en sus últimos trabajos busca encontrar una forma de desarrollar la abstracción en el siglo XXI que potencie la experiencia del mundo con la atención puesta en los sentidos.

Además de su participación en numerosas exposiciones individuales, su producción se ubica en colecciones como la del MOMA, la del Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York o el Tate Modern en Londres.

Por otro lado, las esculturas de Shechet (NY, 1951),  que requieren una gran destreza técnica y están impregnadas de una intensa intuición, fusionan elementos diversos en lo que aparentan ser estructuras provisionales dotadas de una cualidad orgánica y arquitectónica. Al igual que las pinturas y dibujos de Pendleton, las esculturas de la artista se centran en los conflictos entre espacio, tiempo, material y forma.

Sus obras híbridas desafían los límites y encarnan las tensiones entre la quietud y el movimiento. En una alusión al cuerpo humano, las formas se pliegan y se retuercen, respiran y se posan, invitando al espectador a examinarlas de cerca para descubrir nuevas percepciones en cada ángulo. El uso magistral de la maleabilidad y la resistencia de los materiales refleja la estabilidad e inestabilidad de la vida: las creaciones de Shechet acogen la improvisación y exploran tanto el humor como el pathos de la existencia humana y la experiencia corporal.

Clasificada por el New York Times como «una de las esculturas estadounidenses más imaginativas de los últimos veinte años, y una de las más radicales y personales», su trabajo se encuentra en más de cincuenta colecciones públicas por todo el mundo, como en la del Metropolitan Museum of Art, el Centre Pompidou, o la National Gallery of Art.

La naturaleza especulativa de las obras de Adam Pendleton y Arlene Shechet, junto con la simulada disyuntiva generada por el antagonismo de las formas conocidas, se entrelazan de diversas maneras en sus prácticas artísticas. La fuerza y vitalidad que emana de la relación entre ambos artistas se fundamenta en la amistad que mantienen y su mutuo interés en buscar un nuevo lenguaje que trascienda las limitaciones de las formas de comunicación actuales.

Carlos Palencia @crlsplnc