Imágenes vía Vogue Runway
Si por algo destacó en su día el fundador de esta firma, el español Cristóbal Balenciaga, fue por su pasión y dedicación a la Alta Costura. No obstante, y como resulta lógico, con el paso del tiempo y de los códigos sociales, así como de las diferentes direcciones creativas, las marcas tienden a evolucionar. En el caso de Balenciaga, habiendo llegado a tocar estilos mucho más urbanos y arriesgados.
Tras las recientes disputas que rodearon a la casa de moda en una de sus últimas campañas, y a raíz de la cual la marca, tras disculparse, ha firmado un programa de tres años con la NCA (National Children Alliance) para contribuir a la protección de la infancia y la salud mental de los menores, los diseños de Demna han vuelto a desfilar. Pero, en esta ocasión, de una manera muy diferente a lo que últimamente nos tenía acostumbrados.
Algo nos pudimos imaginar cuando salió a la luz la invitación al desfile, que ya apuntaba maneras, puesto que la fecha y hora de presentación se anunciaban sobre el patrón de una chaqueta sastre. Un claro guiño a la costura y la artesanía.
En un espacio que se asemeja a una pasarela de lo más tradicional y sobre un fondo blanco roto, Demna vuelve a recuperar los códigos más característicos de Balenciaga en una colección y un desfile que hablan de su amor por el arte de la moda. El diseñador ha centrado su atención, y la nuestra, en la confección perfecta de las prendas, las verdaderas protagonistas del desfile, a diferencia de ocasiones anteriores en las que escenarios impactantes solapaban los diseños.
Al parecer, la metodología de Demna en este desfile fue dejar un poco de lado la performance para focalizarse de lleno en los looks y en cada una de sus piezas. Comenzando por la más clásica sastrería en tonos negros y grises con blazers oversize, cortes perfectos y trabillas en los bajos, pasando por abrigos maxi masculinos, pantalones de traje anchos y rectos. Hasta pantalones cortados y puestos al revés que lucían como faldas, Demna daba paso a una nueva (y a la vez antigua) esencia de Balenciaga.
A continuación, pudimos ver prendas más próximas a las tendencias del momento, pero sin alejarse del clásico estilo de la firma, como por ejemplo chaquetas de cuero con ciertos aires de motomami, total denim looks en tonos azul oscuro y negro, y pantalones cargo.
Sin perder de vista que la colección va dirigida a la próxima temporada de otoño-invierno, hemos podido ver prendas que todavía se seguirán llevando como la chaqueta bomber o los plumíferos en su versión crop y, por supuesto, los maxi trench.
Por otro lado, también hemos visto varias referencias a las botas cowboy, los bolsos y accesorios que lucen lxs modelos destacan por su especial sencillez. Pero la colección no terminó aquí. Para el final del desfile, Demna dejó unos looks de noche en los que predominaban el brillo, el satén y alguna transparencia. Incluso estampados de flores. Los vestidos, todos de corte largo, lograron captar al público por la elegancia que desprendían volviendo a ver sobre la pasarela algo muy similar a los inicios de Cristóbal Balenciaga.
Todo un despliegue de diseños con varios de los sellos de la casa como los hombros especialmente pronunciados, las prendas XXL y las gafas de sol al más puro estilo Balenciaga.
Y es que, como colofón, la firma ha vuelto a publicar en su cuenta de Instagram puesto que, aunque nos tenía acostumbrados a publicar sus looks y, después, archivar –o eliminar– las publicaciones hasta la próxima colección, ya llevaba varios meses sin dar señales de actividad textil en redes.
Con todo esto, Demna pretende concentrarse de nuevo en el legado de Cristóbal Balenciaga y mostrar al mundo el amor por el arte que es crear moda basada en la costura y en la artesanía.
Sara del Río @saradrh
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