el legado de Issey Miyake

El diseñador fallecido a los 84 años deja un legado de experimentación entre moda, arte y arquitectura que sirve de referencia a muchas generaciones.

Retirado desde 1997, pero dedicado a la investigación de nuevos materiales desde su estudio de Tokio, el pasado 5 de agosto nos dejaba el gran diseñador japonés Issey Miyake debido a un cáncer de hígado. Caracterizaba sus diseños como obras que formaban parte del entorno y nunca catalogó su trabajo como simples prendas o prêt-à-porter, sino como arquitectura del arte

Desfile de la colección primavera-verano París 1991.Pierre Guillaud (APF)

Tradición e innovación iban de la mano si hablamos de Issey Miyake. Estudió diseño gráfico en una Universidad de Arte de Tokio, posteriormente se mudó a París para aprender diseño de moda. En 1966 trabajaba junto al prestigioso diseñador francés Guy Laroche, y en 1968 ya estaba diseñando  para Givenchy.

En 1970 vuelve a Tokio para fundar su primera línea de moda ‘Miyake Design Studio’ centrada en la moda femenina de alta gama con la que define su estilo particular y su predilección por los tejidos más livianos.

Icono del llamado ‘avant-garde’ de la década de los setenta, movimiento japonés que iba completamente en contra de las tendencias occidentales y buscaba la desconstrucción intelectual. Miyake se entregó a los materiales y dejó que fueran estos los que definan el estilo de sus prendas. Su experimentalismo escapaba de las tendencias, elevó la moda y la mezclo con tecnología, dando lugar a una creatividad en la que las prendas no seguían las líneas del patronaje tradicional. Proporciones exageradas, piezas unisex, sin costuras ni nada que interrumpiera la línea de su boceto inicial.

Miyake desarrolló una nueva técnica de plisado en la que los pliegues no se arrugaban y guardaban su forma original. De aquí nace en 1993, su colección “Pleats Please”, a partir de poliéster plisado, llegó ha convertirse en la línea que más alcance y reconocimiento le ha dado al diseñador.

Sus piezas eran un reflejo de su carácter experimental, más allá de la estética, desafió a la industria con sus técnicas y telas, pero también se adentró en el perfume. En 1992 lanza su primera fragancia, L’eau d’Issey, con el agua como componente principal quiso plasmar lo que se imaginaba como el aroma del agua en la piel de la mujer. Un frasco elegante y minimalista que guarda la que ya se considera una de las composiciones olfativas más icónicas, galardonada con la distinción en la categoría de “Fragancia Clásica” en los premios The Duftstars Awards.

Fragancia L’eau d’Issey

A lo largo de su carrera, Issey Miyake fue reconocido con varios galardones como el Premio Kioto de Arte y Filosofía en 2006, o la medalla de la orden de cultura japonesa, una de las mayores distinciones del país, lo que demuestra una vez más que su concepto de moda no existiría sin la tecnología y el arte.

Decimos adiós a uno de los diseñadores y creativos más excepcionales de todos los tiempos, pero su experimentalismo y sus creaciones quedan latentes para seguir inspirando a las generaciones que le preceden.

Eva Bastero @evabastero