Esencia y estética rebelde o por qué Vivienne Westwood siempre será un referente

Tras casi tres meses desde el fallecimiento de la diseñadora británica y la reciente presentación de su nueva colección ready to wear en un editorial de lo más Vivienne –además de la correspondiente pasarela en la París FW–, el nombre más subversivo de la moda no deja de hacer ruido en la industria.

Vía Vogue Runway

Luchar por lo que verdaderamente queremos sin traicionar nuestros principios no siempre resulta tan fácil como parece. Requiere de un esfuerzo y una lealtad de las que no todo el mundo goza. Y esto nos lleva a la obligación de hablar de la trayectoria de Vivienne Westwood, el mejor ejemplo de resiliencia e inspiración no solo en el mundo de la moda, sino en la vida en general.

La colección Fall 2023 ready-to-wear de la firma es un reflejo de todo aquello por lo que luchó Westwood sin perder jamás de vista su principal seña de identidad, la rebeldía y la estética punk. Una rebeldía inspiradora acompañada de una causa verdaderamente trascendental, luchar contra el cambio climático. Algo que cobra especial relevancia cuando se habla de la industria textil.

En la pasarela de la firma, Andreas Kronthaler for Vivienne Westwood, que se celebró el 4 de marzo en París, pudimos observar los valores y la esencia más pura de Vivienne. Este fue el primer show de la casa tras el fallecimiento de la diseñadora el pasado 29 de diciembre de 2022, pero el espíritu artístico de la británica seguía presente en todas y cada una de las piezas. Unos meses antes de fallecer, Vivienne trabajó en esta colección con Andreas, su marido.

El first look del desfile es un claro homenaje a la que fue y siempre será la reina del punk. La modelo que lo luce, además de una falda de cuadros, unas medias con un estampado que se asemeja a la pared de un museo lleno de arte y unas botas negras de plataforma y cordones, llama más bien la atención por lo que lleva puesto en la parte superior. Una camiseta blanca con mangas azules brillantes y el retrato de la mismísima Vivienne.

¿El resto de protagonistas? Más plataformas, faldas con volumen, enaguas, las minicrini (o miriñaques), corsetería, botas pirata, cotas de malla, fruncidos y drapeado.

También observamos muchas mezclas y combinación de géneros fluidos. Y se trata de una colección que, en su inmensa mayoría, fue confeccionada a partir de material desechado.

Al final de la pasarela, Andreas, vestido como un modelo más, salió orgulloso y satisfecho con el objetivo del desfile: asegurarse de que el legado de Westwood perdurará por el resto de los tiempos.

Después de la presencia en la París FW, aproximadamente unos diez días más tarde, Vivienne Westwood sacaba a la luz una editorial de fotos en el que se presentaba la colección AW23/24 de la firma. Una estrategia pensada de esta manera para que la salida de Kronthaler fuese un verdadero tributo a la diseñadora.

En este editorial de la colección se intuye a la perfección el extenso archivo de la marca. No solo a través de las prendas, sino también a través de los escenarios elegidos y de las poses y las actitudes de los modelos.

En cuanto a los espacios, escaleras de un centro comercial, las calles de la gran ciudad, exposiciones artísticas o tiendas de decoración son los lugares más repetidos.

Por lo que se refiere a las prendas, priman los estampados de cuadros, grafiteros, florales o hasta brillantes, medias de colores y de rejilla, sastrería, piezas de cuero, vestidos noventeros y faldas mini y midi (así como las mencionadas minicrini). Todo ello bajo el paraguas de la estética y el movimiento punk que han caracterizado desde sus inicios a Vivienne.

Un verdadero retrato –que mas bien varios– de lo que Westwood quiso transmitir con sus diseños y su estilo desde el minuto uno. Desde que la británica empezó a diseñar, allá por los años 70, sus intereses ya se centraban en la ropa de motorista, las cremalleras y el cuero. Nunca le gustó la conformidad.

Poco tiempo después, en los años 80, recibió una invitación para mostrar su colección SS 1984 ‘Hypnos’ en Tokio en los premios mundiales de la moda ‘Best of Five’ de Hanae Mori. Y, en los ya casi años 90, el libro de John Fairchild de 1989 ‘Chic Savages’ presentó a Vivienne en una lista de los seis mejores diseñadores del mundo junto con nombres de la talla de Armani, Karl Lagerfeld, Saint Laurent, Lacroix y Ungaro.

A partir de entonces, y a pesar de que no tuvo una carrera fácil, son innumerables los nombramientos que Vivienne comenzó a obtener y las boutiques que empezó a abrir en todas las partes del mundo gracias a su exitosa forma de unir la moda y la conciencia social. Siempre con una finalidad presente: proteger el medio ambiente y no renunciar nunca a su esencia más pura. Su moda siempre tuvo como foco principal expresar un mensaje y que ese mensaje trascendiese a la sociedad. Cosa que desde luego ha conseguido.

Desde el año 2013, existe la campaña Vivienne Westwood Save The Artic, junto con Greenpeace, que trata de colaborar y luchar contra el cambio climático y fomentar la sostenibilidad en el mundo de la moda. Comprar menos, pero comprar mejor.

Vivienne nunca se rindió. Años después, en concreto, a finales de 2022, se creó The Vivienne Foundation. Una plataforma para honrar, proteger y continuar el legado de la creatividad y el activismo de la diseñadora basado en cuatro pilares básicos: detener el cambio climático, detener la guerra, defender los derechos humanos y protestar contra el capitalismo.

A través de esta Fundación se recaudan medios que son destinados a ONG’s con valores alineados con la misión de crear una sociedad mejor y de detener el cambio climático. Todo por lo que siempre luchó la británica.

Sin ningún ápice de duda, Vivenne Westwood supo utilizar el arte de la moda de la mejor manera posible para expresar –tanto a ella misma como al resto de la sociedad– sus inquietudes, sus valores y su forma de pensar. La rebeldía y la estética punk siempre serán sinónimo de Vivienne.

Sara del Río @saradrh