Estética Girly: más coquette que nunca

La hiperfeminidad vuelve remasterizada, renovada, con aires empoderadores. Vuelve la reivindicación de lo femenino como algo bueno, no como signo de debilidad.

estética girly

Lo (hiper) femenino vuelve a estar de moda. Lejos quedan atrás los tiempos en los que las tendencias marcaban una pauta socialmente masculina: hombreras, pantalones anchos, zapatillas de deporte… Lo girly vuelve más fuerte que nunca y probablemente tendencias como el llamativo barbiecore, el old money o el balletcore eran un presagio de ello. Un muy buen presagio.

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Una vez más, una tendencia Y2K resurge de sus cenizas para llenar pasarelas y calles a golpe de estilo. Sin embargo, encontramos un factor común que resuena en los ecos de todas estas tendencias de los años dos mil: la feminidad por bandera. Pero por supuesto, la abanderada en este caso no es otra que la estética coquette.

estética girly

Romántica como la que más, la estética girly/ coquette, ya no es lo que era: si parece que antaño buscábamos reconocimiento y separación de lo “femenino” por sus preconcebidos (y erróneos) prejuicios, separándonos mediante la ropa de todas aquellas ideas asociadas a la estética femenina, ahora buscamos eso mismo reivindicándola. Casi como rindiéndole tributo. Como pidiendo perdón.

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Supone esta una estética algo más relajada que la que defiende Chanel desde siempre pero que, desde luego, bebe de los cimientos y bases de la marca parisina. ¿Acaso no reivindicó Coco Chanel el papel de la mujer a partir de la hiperfeminidad y la elegancia velada? 

Afeminado. Femenino. Términos con prejuicios que, sin querer, asociamos a debilidad, delicadeza, sensibilidad. Hoy usamos eso mismo como una baza a nuestro favor. Un cambio de 360 grados con la moda que se venía haciendo hasta ahora pero que supone un punto y aparte en lo que está por venir. Empoderamiento en clave hiperfemenina.

Si bien nace y se nutre de otras tendencias femeninas y “rosas” como el barbiecore o el
balletcore, las tres son diferentes: la primera empezó con el furor barbie y se basa en una sola premisa, el color rosa. La segunda tiene que ver con todo aquello que engloba al mundo del ballet y podemos verla en la vuelta de las bailarinas al street style. Pero la tendencia coquette engloba todo aquello asociado y vinculado socialmente a lo femenino y lo exalta y resalta. Pero tampoco tiene que ver con la estética sexy plagada de cut outs y transparencias, sino que se trata de una estética velada, tranquila, elegante ante todo. Sensual, que no sexual.

Es una tendencia romántica que apuesta por tonos y colores pastel (no solo rosas) y utiliza prendas confeccionadas con materiales como la seda o el encaje. Los lazos, las
transparencias, la lencería, las Mary-Jane o las rebecas son solo algunas de sus claves
estéticas.

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En el panorama actual sigue habiendo tendencias radicalmente opuestas, como es el caso del blokecore, el normcore o el skatecore. Componen ahora dos polos radicalmente opuestos: lo hiperfemenino y lo ultramasculino.

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Si ya la estética Chanel siempre ha seguido estas premisas, parece que desde 2021 ha vuelto a resurgir. Ya en 2017 Palomo Spain en la New York Fashion Week arrancó lo que hoy ha terminado siendo esta estética coquette. Hoy, con TikTok y Pinterest esta estética resurge y renace. Esta temporada marcas como Miu Miu han ensalzado lo girly: brillos, estética regia, bailarinas, polos, perlas, corsés, jerseys de cuello alto, mini vestidos… En la FW23 también destacó Sandy Liang, con sus gigantes lazos y vestidos babydoll.

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Otra marca reina de esta tendencia es LoveShackFancy. Su desfile Ready-To-Wear Collection FW23 destacó por sus tonos pastel, sus discretos diseños florales, sus lazos de tul y sus juegos combinados. Un chute de feminidad al más puro estilo coquette: elegante sin resultar recargado, sensual sin dejar ver, llamativo sin resultar excéntrico.

Hay marcas que hiperbolizan la estética hasta sus máximos. En el caso de Selkie es una
feminidad exacerbada, llevada al cúlmen y tremendamente hiperbólica. De cuento de hadas. Directamente sacado de tu fairytale favorito. Y aunque esta no es exactamente la tendencia que se lleva en las calles, cumple bien su función de transmitir la idea bae.

La moda es circular y todo vuelve. Esta vez vuelve la estética girly. Esa que crecimos viendo en la tele. En Mean Girls. En Clueless. Pero esta vez reivindicada. Despojada de sus prejuicios y connotaciones dañinas, lista para una inclusión plena y una nueva perspectiva sobre lo femenino y lo masculino.

Xiana Fernández @xianafernandezz