GANGES: "Este disco se diferencia de las anteriores cosas que he hecho"

Fotos cedidas por La Trinchera.

Del amor al odio hay un paso, o eso dicen. De la risa al llanto, nada, basta un suspiro. Y es que, las antítesis tienen esa fuerza que al mismo tiempo que se repelan, también se atraen. ¿Y si el desamor se trata con un toque de humor y cinismo? Así lo ha hecho Ganges en forma de canción con su nuevo single ‘Un llavero’, un avance del álbum que publicará este 2024 con el nombre de ‘SORA’.

Desde revista revista hablamos con la artista sobre su último lanzamiento, el álbum que lanzará este año y, por supuesto, un poco sobre el amor.

Mariona Tijeras – Primero de todo pregunta necesaria, ¿cómo estás tras lanzar ‘Un llavero’?

Ganges – Estoy muy contenta y también muy ocupada, entonces me cuesta un poco bajar a tierra y darme cuenta de que las cosas están sucediendo. Estoy centrada en hacer las cosas bien, más que ponerme a sentirlo. (sonríe) Me da un poco de rabia, pero sé que en un par de semanas van a venir los sentimientos. Pero estoy bien, estoy contenta, centrada en intentar llegar a todo y la verdad que muy feliz.

M. T. – Como es el adelanto de lo que será tu nuevo álbum ‘SORA’ quieres que todo salga bien. Además, se presenta como un disco joven y fresco con madurez creativa definitoria. Cuéntanos eso de la madurez creativa definitoria. Esto tiene pinta de un cambio, de un proceso por el que has pasado…

G. – Considero que este disco se diferencia de las anteriores cosas que he hecho. Aparte de haberlo hecho con cabeza y tener clara la estética que quería, tanto el sonido musical, como toda la estética donde vive el disco; quería que tuviese una estructura. Tener claros los singles y tener todo superordenado.

Al mismo tiempo también buscaba que el disco tuviese una utilidad a la hora de consolidarme y hacerlo con esa analogía. Nunca había hecho un álbum con un concepto y sabiendo lo que quiero hacer desde el principio hasta ahora. De alguna forma siempre había escupido la música de forma espontánea, que tampoco pasa nada, pero esta vez está todo un poquito más pensado, queriendo ir en un sentido.

M. T. – Con un enfoque claro, ¿pues?

G. – Sí, poniéndome una especie de directrices para cumplirlas, con unas inspiraciones y con unos objetivos. Creo que es un trabajo un poco más maduro.

M. T. – Entre estas inspiraciones que has tenido, ¿ha habido alguna que te haya marcado y que en consecuencia se vea reflejada en el single o el álbum?

G. – Sí. Por ejemplo, Yael G ha estado muy presente; Sega Bodega, que es increíble… O sea, mayoritariamente gente extranjera. Pink Panthers también me encantan. Pero después tengo muchísimas inspiraciones de gente “pequeñita” que de repente tiene una canción de medio millón de escuchas y después ya no tiene nada o gente que no llega ni a 20.000 oyentes.

M. T. – Además, es ‘Un llavero’ mezcla melodías optimista con una letra que nos habla sobre las rupturas amorosas. ¿Cómo ha sido hacer este contraste?

G. – Por un lado, al final, el sonido son dobles tiempos y he intentado hacer todas las cantinas un poco más rápidas de cara al directo. Que la gente pueda bailar un poco en los conciertos y que esté todo un poco más arriba. Entonces, hay de todo en el disco, pero esa es la tónica general.

Por otro lado, creo que las letras conectan mucho con la gente y con sus sentimientos cuando lo llevas desde un punto de vista… Riéndote un poco de ti misma, desde el humor y el cinismo, cosa que siempre me ha salido un poco. (sonríe) Es decir, para contar un desamor, puedes contarlo como tal, pero si le das un tono que también tenga en cuenta lo patético que es sentirte así y desde un punto de vista misericordioso, entonces me hace gracia.

M. T. – Justo en la letra, hay un pedacito, el mismo que le da título al single, que dices: “Me duele estar en el mismo lugar donde te compro un llavero tan feo que me cuesta creer que esa cosa valiera un dinero”. Dos cosas que al fin y al cabo son muy recurrentes a la hora de intentar superar una ruptura: un lugar y un objeto que nos recuerda a alguien, y que además llevamos a todas partes. ¿Cómo te vino esa referencia?

G. – (Risas) Suelto ideas que a mí me hacen gracia y como yo me siento identificada con mis tonterías, espero que alguien más se sienta así. O sea, podía haber hablado de un llavero o de alguna otra cosa, pero me parece algo tan tonto y tan fácil de que sea feo, que al final me gusta hablar de algo simple. Además, es la típica ‘mierda’ de regalo (risas) que hace que hablar de algo tan doloroso pueda convertirse en algo que no tengamos que tomarnos tan en serio.

M. T. – Eso sí, si nos tenemos que poner un poco intensas… En varias ocasiones tu música nos habla de amor. ¿Es el amor lo que te mueve a hacer música?

G. – Pues, mira, estaba pensando justo en una canción del show que seguramente sea otro single para más adelante, que no tiene nada que ver con nada.

Pero yo creo que el amor es una cosa tan fácil sobre la que te salgan canciones, porqué es muy importante.. Bueno, es lo más importante. Ya no hablo solo del amor romántico, si no hablo de toda clase de las relaciones humanas. Entonces, creo que de forma natural me sale más hablar de amor, pero no tiene por qué.

M. T. – ¿El amor como motor pero con más conceptos para crear?

G. – Sí. Por ejemplo, bueno, en ‘Okinawa’ hablaba un poco de amor, pero no era el total. No es mandatorio que sea de amor, pero supongo que me sale más, porque es importante en sí. La próxima canción que te comento que va a salir habla de un día en el que soñé que era un príncipe. (Risas) Fumada máxima. Dentro del disco también hay canciones que hablan sobre lo que era mi infancia: Fotolog, Tuenti… Todo lo que era ese mundo. O sea, hay de todo.

M. T. – Esta vez para hacer este próximo disco y el single, lo has producido junto a Daniel Belenguer y Pau Paredes, ¿cómo ha sido este proceso?

G. – En casi todas las canciones hay siempre una primera fase. La primera producción es mía y a partir de ahí se trabaja. Hay cuatro canciones que pasaron antes por las manos de Daniel, para después pasar por las de Pau, mientras que el resto directamente fueron a Pau.

M. T. – ¿Hay como distintas fases, pero Pau es tu mano derecha segura?

G. – Con Pau llevo mucho tiempo trabajando con él y estoy súperacostumbrada y a gusto. Los dos tuvimos un momento en el que nos vinimos arriba juntos y empezamos a pasarnos canciones e inspirarnos juntos. De ahí también salió la idea de este disco.

M. T. – Sinergias.

G. – Pau es un tío increíble. A él le encanta lo que hago y me ha apoyado un montón. Entonces, se ha metido y me ha empujado con él a hacer este disco. Es por eso que casi toda la idea general la llevamos él y yo. Él ha dirigido conmigo toda dirección musical, por así decirlo, del disco y con Dani empecé cuatro canciones. Además, son muy colegas entre ellos.

Esta vez la música se ha cocinado lento y ha podido tener varias fases, que eso es chulísimo.

M. T. – Ahora que ya llevas tiempo en el mundo de la industria musical a nivel creativo y como has comentado que este disco ya es más maduro, ¿Cómo llevas este proceso? ¿Has notado algún cambio en tu forma de crear desde tus inicios?

G. – Para empezar, cuanto más tiempo llevas, más peso. Es decir, en la industria hay una especie de idea en la que si apareces y al mes no lo petas… Ya no eres nada, para decirlo de alguna manera. Entonces es súperduro. Imagínate, si llevas cinco años, si llevas siete años… Cada vez es peor y eso la industria lo penaliza mucho.

M. T. – ¿Como una especie de contrarreloj?

G.- Es una cosa que no se dice mucho, porque es duro, pero todo el mundo lo piensa. Al final, todo son caras conocidas y personas, es decir, las relaciones humanas tienen muchísimo que ver. También el cómo seas tú, tu amabilidad, la manera de conectar con la gente, de hacer networking…

M. T. – Antes hablabas de los directos, ¿qué tal los llevas?

G. – El tema de directos no es mi parte favorita, porque soy muy exigente
y muy perfeccionista… Es verdad que después, en el 90% de los conciertos que he tenido, me siento muy bien, es un subidón y estoy contenta. Comparándolo, prefiero componer, producir y pasarme horas y días en el estudio. (risas) Se me olvida hasta de comer.

Hay gente que, claramente, lo que más bien se le da es el directo, y no es mi caso. Y me da envidia. (sonríe) Pero bueno, en algo se tiene que ser mejor y en otra cosa peor.

M. T. – (risas) Al fin y al cabo es tocar enfrente de mucha gente.

G. – Tampoco quiero que la gente que me va a ver piense que estoy fatal, o sea, que estoy bien, (risas) pero igual esto cambia con el tiempo. También son fases. Lo que es el concierto disfruto mucho porque es muy guay, pero la previa… Sufrir, los nervios, que algo no funcione, que algo no se vea… Hay mil cosas que no me dejan disfrutar del todo.

M. T. – ¿Y hace diez años te esperabas estar donde estás ahora?

G. – No. No, no, no. (Risas). Además, tengo una especie de checklist de la que se me han ido cumpliendo cosas y esta es una de ellas. Eso sí, es eso que lo cumples y ya después se te olvida un poco, pero estaría guay como de vez en cuando darme cuenta de lo que he conseguido. Estoy muy contenta.

M. T. – Estar presente es algo importante. Para cerrar esta charla vamos a por la pregunta que a menudo hacemos. Si tuvieras que hacer una carta de presentación con una canción que no fuera tuya, ¿cuál sería?

G. – Vale, mmm…. Como si la pusiera en mi perfil de Tinder (Risas). Pues mira, creo que escogería ‘Oh My God’ de Sevdaliza, que mola un montón y aii es que tiene algo. Escúchala. Escúchala.

Mariona Tijeras @marionatijeras