Cillian Murphy en los Golden Globes, de Greg Williams
Un día de 1963, Paul Newman se subía a una lancha acuática para dirigirse al 24a Festival de Cine de Venecia y de camino, desde la misma embarcación, un fotógrafo lo captaba trajeado, sentado, pensativo y con la Piazza San Marco de fondo. Tres años antes, en los Golden Globes, Marilyn Monroe era capturada en su mesa de la ceremonia sacando morros junto a su estatuilla. Diez años después, una cámara fotografiaba a Clint Eastwood leyendo el periódico en su caravana entre toma y toma del rodaje de ‘Joe Kidd’. Todos ellos capturados de cerca, pero apartados de la ficción. Sin guion, naturales, inesperados y en blanco y negro.
Todas las imágenes vía Greg Williams IG
Para aquel entonces, el cine se veía en la gran pantalla y las actrices y actores eran estrellas, un grupo de personas que se había ganado ese nombre por su carisma, trabajo y belleza. Una posición que, al mismo tiempo, solo mostraba una parte y los dejaba asentados en esa cara que se movía entre la perfección y la ficción, y que además dificultaba acercarse, conocerlos de verdad. Por suerte, había alguien que, con permiso, se colaba entre esos dos mundos para tratar de captarlos de forma natural, muchas veces sin ser vistos y otras detectados tras un ‘click’. Les hacía falta una cámara, buen ojo y empatía para ser el acompañante silencioso de uno de los actores más legendarios del cine, zambullirse entre el resto de invitados en entregas de premios o colarse en los sets de rodaje. Aunque el cine clásico ya había terminado en los años 60, estos fotógrafos mantenían vivo ese encanto gracias a su trabajo en blanco y negro.
A día de hoy, sin saber si fue la entrada del color, la aparición de internet o las redes sociales, con el paso del tiempo, esa imagen fue disolviéndose. Por supuesto, quedaron las fotos en blanco y negro, pero se perdió esa forma de ver y de captar. Sin embargo, de entre el grupo de fotógrafos que la han mantenido viva está Greg Williams, tal vez, el ojo más atento, oportuno y amigable que ha logrado inmortalizado los últimos Golden Globes y Critics Choice Awards con todo lo bueno de la fotografía clásica.
A veces lo ven y otras no, pero sea como sea está en el momento justo: Detrás de bambalinas de ambos premios ha pillado a Jeremy Allen White con la estatuilla en alto tras ganar como mejor actor en serie de comedia por ‘The Bear’ o Robert Downey Jr como mejor actor de reparto por ‘Oppenheimer’. En los Golden Globes también se ha ganado la sonrisa de Cillian Murphy o Emma Stone tras posicionarse como mejor actor de drama y actriz de comedia/musical, y en los Critic Choice Awards ha sabido capturar la felicidad del reparto de ‘Succession’ por haber ganado el premio a Mejor serie Drama.
Ha esperado al final de las alfombras rojas para sorprender a Margot Robbie, William Dafoe, Rosamund Pike, Mark Ruffalo o Natalie Portman. Y por supuesto, ha visitado las distintas mesas de la sala de ceremonias de ambos premios para reencontrarse con Gary Oldman, Robert de Niro, Meryl Streep, Emma Stone, Bradley Cooper, Dua Lipa, Billie Eilish y recordarnos el dúo de Matt Damon y Ben Affleck.
Eso sí, si algo sabe el fotógrafo británico es que, toda ceremonia empieza desde la preparación, es por eso que, como ya ha hecho en anteriores ocasiones, ha empezado a disparar su cámara desde la habitación del hotel de Barry Kehohan, nominado a mejor actor de película drama. Años antes lo hacía junto a Ana de Armas tras colarse en el rodaje de ‘No Time To Die’ en James Bond.
Parece fácil y no lo es, porque aunque Greg williams solo necesita una cámara Leica Q3, hace falta el ojo y la delicadeza para traer de vuelta la esencia de esas imágenes clásicas. Las mismas que años atrás nos acercaban a Paul Newman, hoy nos permiten ver que es lo que sucede mientras el cine avanza y quienes lo hacen, se toman un respiro para celebrarlo.
Mariona Tijeras @marionatijeras
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