S. F. – La performance se muestra desde inicio a fin con Lisette al desnudo. ¿Cómo de importante es esta cuestión y cómo se abordan las cuestiones de género y sexualidad en la actuación?
L.R. – Estar vestida con mi propia piel siempre ha sido parte de la pieza. Por supuesto, estas son decisiones que tomo yo misma, siempre. Son cuestiones que están basadas en un concepto resultado de un largo proceso de investigación. Soy artista conceptual y utilizo mi propio cuerpo como herramienta para investigar; esa es la principal parte performativa de mi obra.
Se trata de una cuestión de incomodidad, vulnerabilidad y funcionalidad. Además, el material líquido que elaboro yo misma requiere de unas condiciones específicas, así como el resto de condiciones que están diseñadas para ser parte integral del proceso autodestructivo durante la actuación en vivo.
Desde mi punto de vista, no es algo sexual o erótico, aunque mi trabajo no se trata de mi, se trata de los demás, de nosotros los seres humanos. Entiendo que para algunas personas este hecho se convierte en cosificante y parte de su propia incomodidad hacia mi. Al final, buscamos crear una pieza ambigua, donde el espectador pueda investigar junto a nosotros este tipo de cuestiones, desde sus propias perspectivas e interpretaciones personales.
S. F. – Finalmente, ¿cómo es la sensación, individual y grupal, después de cada performance? ¿Se siente como un respiro por haber soltado algo o más bien vuelven las ansias por querer volver a repetirla?
L.R. – Jajaja, la verdad es diferente cada vez, hablando por mí misma claro. Como mencioné antes, hay mucha improvisación… se trata de ir acorde a mis sentimientos, estado de ánimo, emociones de ese momento. Incluso, hay momentos en los que continúo bailando durante mucho tiempo después de que Bas y Gabriel paren de tocar.
Sin embargo, también hay momentos en los que realmente siento que estoy destruida y necesito esforzarme mucho para ponerme de pie y tratar de bailar lo más rápido que pueda. Una y otra vez. Lo que es perfecto porque me hace estar conectada con el concepto. Además, no hay interacción interna entre nosotros, aunque sí una conexión, nos dejamos arrastrar por nuestras energías.