La dualidad de la moda: ¿Practicidad o expresión personal?

En una conversación reveladora sobre el mundo de la moda, Mariña Díaz, diseñadora y experta en la industria, explora cómo la moda ha evolucionado desde su función práctica en la prehistoria hasta convertirse en una forma profunda de expresión personal y cultural en la actualidad. 

Vía Coperni

Desde el impacto de la velocidad cíclica y la era de la inmediatez hasta la importancia de la sostenibilidad, Mariña Díaz comparte su perspectiva única sobre el papel de la moda en la sociedad y cómo esta se conecta con los acontecimientos históricos y sociales que la rodean. Descubrimos cómo la moda no solo se trata de lo que vestimos, sino de cómo comunicamos quiénes somos y hacia dónde se dirige en el futuro.

Eva Bastero – ¿Pura practicidad o forma de expresión y personalización? ¿Qué es la moda?
Mariña Díaz – Personalmente siento que la moda ha evolucionado. La vestimenta nace con un fin práctico, y en el caso del hombre prehistórico como algo vital, abrigarse era una cuestión de vida o muerte. Pero sí que siento que a medida que hemos ido evolucionando como especie, la moda ha adquirido carácter y se ha convertido en una forma de expresión estética. De una forma más o menos consciente, le dices al mundo como quieres que te vean.
Obviamente hay una parte funcional, hace frío, necesito un plumífero. Pero en la elección de esa prenda podemos ir un poco más allá. Elijo esta prenda aparte de porque me va a abrigar, porque también tiene una estética determinada que me representa como individuo y que le dice a al otro lo que yo quiero expresar.

E.B. – Como persona que está totalmente metida en el mundo de la moda, pero se encarga de hacer que llegue a cualquiera, ¿cómo de importante es entender el contexto social en el rol de un diseñador?

M. D. – Yo como diseñadora, siento que voy un poco con el calendario cambiado, a nivel de tendencias trabajo a medio año vista aproximadamente analizando tendencias que se verán reflejadas en la campaña siguiente. En el Fast Fashion al consumidor le llega el producto al momento sin tener que esperar prácticamente por esa prenda, y sobre todo sin saber el trabajo que hay detrás. Estamos acostumbrados a lo inmediato, pero sin embargo para los que trabajamos dentro de la industria la visión es otra.
Todo el trabajo previo de análisis, de colorido, de búsqueda de calidades, de muestrario…

E.B. – Durante mucho tiempo fue una forma de distinción total, todavía podríamos decir que lo es, pero, ¿en qué momento dejó de serlo tan directamente?
M. D. – De hecho, es un tema que para mí sigue estando muy presente, considero que estar a la moda es un privilegio. Es verdad que ahora es más accesible, ya no solo a través de las marcas, sino de plataformas de segunda mano, etc, pero obviamente no todo el mundo puede invertir en moda.
Pero si tenemos que marcar un punto de partida creo que es cuando la moda empieza a generarse a gran escala. Podemos usar la Revolución industrial como ese punto, en general es un momento en el que todo se automatiza y deja de haber esa exclusividad. Y dando un gran salto a la actualidad, esta automatización acaba derivando en lo que sería a día de hoy el Fast Fashion.

E. B. – En las diferentes décadas a partir de los años 1900 la moda ha ido tomando diferentes movimientos llegando a ser reivindicativa, política, social y cultural, ¿por qué encontramos una diferencia “tan marcada” cada 10 años?
M. D. – Sin yo tener la bola de la verdad -risas-, siento que el siglo 20 fueron unos años muy convulsos. A nivel social vivimos momentos muy decisivos, desde el estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial hasta la caída del Muro de Berlín. Durante el siglo XX el ser humano vivió una serie de acontecimientos que marcaron mucho el día a día las personas. Todos estos cambios se ven reflejados en la moda. Me da la sensación de que la moda actúa como espejo de todas esas situaciones por las que ha ido pasando el ser humano, y concretamente en el siglo XX todo eso se ve reflejado en la moda. 

Por ejemplo, si nos paramos a pensar en la mujer, y sin querer tampoco derivar la moda como algo únicamente femenino, para las mujeres fue un momento de ganar muchos derechos, de posicionarse en la sociedad y al final también de liberarse de ataduras del pasado. Y la moda ha sido un reflejo de eso, en los años 20 pasamos de prendas como podía ser el corsé, que tiene un sinfín de connotaciones, entre ellas los derivados de problemas médicos que sufrían las mujeres, a prendas limpias, siluetas más masculinas, hemos ido abarcando un terreno que no se nos permitía abarcar.
La sociedad evoluciona y la moda tiene que evolucionar también. Creo que van un poco a la par, lo que sucede en un lado, se ha visto reflejado en el otro.

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E. B. – Y ahora en la actualidad, ¿cómo se derivan las tendencias? ¿Nos vestimos por lo que “alguien” (del que no tenemos ni idea de quién es) nos indica?
M. D. – Para mí vivimos en una sociedad totalmente globalizada, no? Y esto, una vez más, se ve reflejado en la moda. O sea, es que no hay ninguna duda, nuestra sociedad está cargada de inputs que nos bombardean constantemente, al final las tendencias ya no son fruto únicamente del análisis de los grandes diseñadores. Y para mí, por ejemplo, aquí el papel del influencer cobra mucha importancia.
Ahora mismo tienes que estar totalmente actualizado, cualquier cosa puede ser objeto de convertirse en tendencia, desde una serie que se viraliza, un trend de Tik Tok y, por ende, duran muy poco. Las mini tendencias son un reflejo de la sociedad también, todo es muy frenético y todo nos cansa muy rápido.

E. B. – ¿Cómo afecta la velocidad cíclica y la era de la inmediatez a la industria?
M. D. – Todo cada vez es más rápido, por lo tanto, siendo diseñador tienes que actuar lo más rápido posible. Siento que vamos hacia eso y los timings se aceleran cada vez más. O cambia mucho la dinámica y echamos todos el freno o seguiremos en este roll. Desde dentro para un diseñador repercute básicamente en el timing de todo, desde el brainstorming hasta la ejecución e implantación en tienda. Las partes previas de análisis la tienes que hacer muchísimo más rápido y por lo tanto estar mucho más alerta de todas las tendencias emergentes. Como dije antes, la moda es un espejo de la sociedad para lo bueno y para lo malo.

E. B. – Abriendo el gran debate que ha impregnado al concepto moda, ¿estamos hablando de algo meramente banal y superfluo o tenemos que analizarlo como un medio de expresión puramente antropológico?

M. D. – Desde mi punto de vista como diseñadora sí que siento que se escapa mucho de ser algo banal. Para mí la moda moda contribuye al diálogo entre los individuos y pasa a ser una forma de expresión más del ser humano , me pongo esta camiseta porque sí. Pero ¿Por qué lo has hecho? ¿Qué te ha llevado a vestirte de determinada manera o tener cierta estética?
Cada mañana tomas decisiones frente al espejo, en muchos casos de forma hasta inconsciente, pero te estás comunicando a través de ellas… Nos identificamos dentro del grupo a través de la primera imagen.
E. B. – Y en cuanto al sentimiento de pertenencia a grupos sociales, ¿dirías que la ropa o el estilo de estos es algo que los define?

M. D. – En este contexto, la moda desempeña un papel crucial. A veces, de manera inconsciente, sentimos que la forma en que nos vestimos puede afectar a la percepción social que los demás tienen de nosotros. No estar al tanto de las tendencias puede llegar a generar un rechazo de grupo en ciertos espacios. Este rechazo puede ser sutil o más evidente.
Sin embargo, lo interesante es que la moda también nos brinda la oportunidad de jugar y expresarnos. No deberíamos sentirnos obligados a seguir un solo estilo. Si todos nos convirtiéramos en clones, perderíamos la diversidad que hace que la moda sea tan atractiva. Y al final una misma prenda puede tener un efecto completamente diferente dependiendo de quién la lleve.
Históricamente la moda ha sido un claro diferenciador social. Desde las civilizaciones antiguas donde el tejido o la ornamentación diferenciaba los distintos oficios y clases sociales hasta la actualidad donde podemos ver que este patrón, de diferente forma, se repite.

E. B. – ¿Y a la sostenibilidad? Al final esta es una de las industrias más atacadas por el impacto que genera en el medio ambiente.

M. D. – Yo creo que este es el gran reto que tiene la moda por delante, concretamente la industria del Fast Fashion. Para mí el futuro está en la sostenibilidad y la industria tiene que adaptarse a esta premisa. Igual que nos hemos adaptado a otros ritmos, la sociedad nos lo está demandando. Si la sociedad va hacia un futuro más sostenible, la moda tiene que volver a hacer de espejo y me cuesta ver otro camino posible.
Siento que dentro de las grandes empresas hay un gran trabajo por delante, pero al mismo tiempo también pueden marcar la diferencia, no? Está en nuestra mano y es nuestra responsabilidad como diseñadores desde el minuto cero del brainstorming, la elección de tejidos, las metodologías de trabajo…
En la fase de producción es crucial avanzar hacia este camino impulsando cambios en materia de sostenibilidad. Por suerte, todo está yendo hacia ese camino, dentro de las empresas se impulsan muchísimo estos modelos de trabajo , y se nos conciencia constantemente con esta información. Sin duda es algo muy necesario que nace desde las grandes empresas y desde nosotros como parte de ese engranaje.

E. B. – Septiembre es el año nuevo de la moda, y tú misma tienes que estar al tanto de todo lo que está pasando ahora entre tanta Fashion Week, pero a que mas momentos tiene que estar atento un diseñador o trabajador de la industria.

M. D. – Como diseñadores, ya no dependemos solo de la información de la semana de la moda, aunque sigue siendo esencial y podríamos decir que es nuestra “columna vertebral”, pero incluso en todo este mes que encadenan una semana de la moda con la siguiente no solo puedes fijarte en la pasarela. El Street style cobra una importancia vital también, el cómo una celebrity traslada un look de pasarela a la calle adaptándola a una moda de calle más cercana al consumidor.
Actualmente nuestro radar abarca cada vez más: redes sociales, Netflix, películas, Instagram, TikTok… A medios como WGSN que era, y es, una gran fuente de tendencia, las redes sociales le están ganando terreno como fuente de tendencias prácticamente instantáneas. Un ejemplo podría ser la viralización de la película de Barbie, un hecho así puede cambiar el curso de esas micro tendencias que nos bombardean. Aunque esto puede parecer caótico, forma parte de nuestro trabajo tener los ojos muy abiertos para poder captar todas estas tendencias emergentes.

Eva Bastero @evabastero