Lo más transgresor de las últimas fashion weeks

La moda se renueva, un año más, un septiembre más, de la forma más disruptiva posible. Recopilamos los momentos más estelares.

Como cualquier amante de la moda sabe, septiembre es el mes por excelencia de la moda, el culmen de meses de trabajo. Y, lleno de fashion weeks por todo el mundo, tomamos nota de lo
que está por venir. Concretamente lo que llevaremos el próximo verano. Y por lo que hemos podido ver, la temporada que está por llegar viene cargada de sorpresas e innovaciones.

Las últimas semanas de la moda nos han dejado momentos únicos y para recordar, como la reaparición de Paris Hilton sobre la pasarela, la aparición de Kendall Jenner y Bad Bunny en el
desfile de Gucci, la despedida de Sarah Burton de Alexander Mcqueen, el “familiar” desfile de Victoria Beckham…

Rusowsky vía Neo2

Y los desfiles, como no, nos han dejado mil y un momentos de transgresión y disrupción que nos hacen ver el gran cambio que está sufriendo la moda: nunca antes había habido moda tan futurista y nostálgica juntas. Y no es para menos, la moda está mutando. 

Un ejemplo de ello es la nueva colección de Rick Owens, que supone su regreso triunfal a París para la Semana de la Moda. En clave futurista, Owens nos deslumbró y asustó a partes iguales con su particular visión de la felicidad y la moda: sus decenas de modelos rompieron el molde con sus ojos negros, dejando entrever una inspiración demoníaca.

¿La inspiración? La artista islandesa Björk. Figuras extravagantes, capuchas y capas estilo maxi y colores fuertes y neutros. Una bajada a los infiernos del universo Owens que nos abre la puerta a una moda estructurada y futurista con volantes XXL. 

Siguiendo esa estela de colores nos encontramos con Mugler y la reaparición de Casey Cadwallader como director creativo. El diseñador ha reinterpretado la esencia de Thierry y los inicios de la marca con una estética suave y volantes infinitos. No contento con eso, Cadwallader ha decidido exponer sus prendas al viento: con un ventilador que ha hecho de sus diseños un sueño submarino que recuerda a las corrientes del océano. 

Otro de los momentos clave de la Paris Fashion Week ha sido en el desfile de Coperni, con la presentación del nuevo CD-PLAYER Swipe Bag, o lo que es lo mismo, un bolso reproductor de CD. Aunque parezca imposible, Coperni ha conseguido armonizar lo analógico y lo futurista, la moda y la funcionalidad, consiguiendo así un mix que funciona y enamora a los más nostálgicos. Pero la clave más futurista fue sin duda sus modernos chips IA, proyectores portátiles de inteligencia artificial. 

Glenn Martens también sacudió la pasarela parisina tras conquistar la italiana con Diésel. Esta vez con Y/ Project, Martens hizo una oda a la naturaleza de la manera más extravagante posible: llevando la naturaleza a la pasarela. Vestidos con serpientes, vuelos y cortes esculturales y con ciertos toques góticos que conquistaron al público francés. 

 

Terminando ya con la ciudad del amor, la luz y la moda, no podemos no acordarnos de la colección primavera verano de Anrealage. La marca japonesa liderada por Kunihiko Morinaga desfiló con “invisible.  La colección juega con los conceptos de existencia y no existencia mediante juegos de luz y color: gracias a un exclusivo PVC fotocrómico los colores desaparecen o mutan según les llegue la luz. Una propuesta más que atrevida y que abre la puerta a la moda futurista. 

 

Weinsanto, por otro lado, todo lo contrario. Una oda al romcomcore y a la moda nupcial que deslumbró con conjuntos con cuellos infinitos y juegos de encaje y brillantes que emulan gotas de lluvia.

Y a Londres también llegó la moda. Y de la mejor manera posible. Inspirándose en la icónica película “Crash”, la firma Mowalola Ogunlesi nos encandiló con un universo motero y de terapia de choque: las modelos lucían ojos negros, simulando un accidente y haciendo del dolor un fetiche en la pasarela. 

Para ello también entraron en juego looks gemelos compartidos entre varias modelos, creando así siluetas alargadas y monocromáticas. 

En Milán sucedió el pico de la transgresión, como ya os contamos en otro artículo:  Beate Karlsson reflejó sobre la pasarela de Milán el estrés y los

plazos irreales de la moda en su desfile para AVAVAV. Haciéndose viral inmediatamente y como ya consiguió años atrás, la firma hace un año más una crítica social al más puro estilo drama: con camisetas con mensajes como «NO TIME TO DESIGN» y modelos con tatuajes de «Filthy Rich». No contento con eso, ironizó con atuendos hechos de notas adhesivas e inscripciones de «ADD SHAPE». El anti desfile por excelencia que podemos ver a través de los ojos de Fabrizio Milazzo. 

Y para poner el broche de oro a lo irrisorio llegó Hillary Taymour y sus modelos de sonrisas torcidas: «Mientras sonreímos y soportamos el presente excitante, en el que el mundo arde y los derechos reproductivos, trans y humanos en general están amenazados, invocamos la fuerza de la suavidad radical», dijo sobre la colección Taymour. 

Un año más, la moda nos sorprende, enamora y encandila, haciendo que no podamos más que desear que vuelva un septiembre más (para desgracia de AVAVAV).

Xiana Fernánadez @xianafernandezz