Moda poética: Max Mara Resort 24

Arte, moda y literatura se aunaron en el Ayuntamiento de Estocolmo, cuna de los Premios Nobel de Literatura y Ciencias, en el que tuvo lugar el desfile de la colección crucero de Max Mara. Toda una oda al empoderamiento femenino.

Imagen vía Max Mara

Max Mara es la primera firma en organizar un desfile de moda Resort en la ciudad de Estocolmo, y, en concreto, en la sede del Ayuntamiento en el que anualmente se celebra, cada mes de diciembre, el banquete de los Premios Nobel. Construido entre el 1911 y el 1923, es una joya arquitectónica inspirada en el estilo renacentista italiano, el barroco sueco y el estilo romántico nacional. 

Ian Griffiths, el director creativo de la casa, se ha inspirado en Suecia y en su gran herencia de mujeres poderosas para crear esta colección. En especial, en Selma Lagerlöf, la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura. Porque sí, es posible mezclar moda y literatura, aunque sea todo un reto. El propio Griffiths aseguraba a Vogue que «el problema al que te enfrentas cuando combinas todos estos conceptos intelectuales es cómo expresarlos en la ropa». 

Imágenes vía Vogue RunWay

No obstante, y teniendo en cuenta que la literatura es el arte de la expresión escrita o hablada, no parece que se aleje mucho de lo que se considera que es el otro arte del que estamos hablando, la moda. El lenguaje universal por excelencia a través del cual mostramos nuestra identidad. La experta en cultura de la moda y tendencias, Charo Mora, afirma que la literatura ha influido en la moda mucho más de lo que parece. Y no seremos nosotros quienes lo pongamos en duda.

Así lo ha decidido también Griffiths, basando su desfile en el mencionado icono que fue Selma Lagerlöf, escritora sueca del siglo XIX y figura comprometida con el progreso feminista y el cambio social. Pasarela a la que acudieron celebridades como Demi Moore, Lily Collins, Amy Adams, Kiernan Shipkra, Nicky Hilton y Lili Reinhart. ¿El objetivo de la colección? Representar la idea de mujer cosmopolita moderna.

Otra fuerte influencia en la que Ian ha fundamentado la colección es la tradicional celebración del solsticio de verano, de ahí el nombre de la misma: Septem Flores. «El solsticio celebra la temporada de verano, con un gran énfasis en su abundante flora. Una tradición es la recolección de siete tipos de flores silvestres distintos: quien tenga la suerte de encontrar una de cada tipo debe dormir con ellas bajo la almohada para soñar con su futuro amor», así es descrita por la marca esta colección crucero.

Tan ponible como inspiradora y basada en la cultura escandinava, la colección destaca por las siluetas sensatas, erguidas y entalladas de la década de 1900, traídas a la actualidad. Y lo mismo ocurre con las mangas gigot de aspecto moderno, faldas que rozan los tobillos, capas hasta el codo y blusas elegantes para usar con pajaritas. Lo cual contrasta, por otro lado, con las túnicas onduladas, largas y cortas, pompones, borlas y tachuelas que hacen eco de motivos populares.

Todo en esta colección tiene un por qué. Max Mara ha querido destacar la habilidad de Selma para tejer los cuentos de la vida contemporánea (véase la metáfora), los mitos clásicos y las historias de cuentos de hadas. Así como el mencionado solsticio de verano, ya que uno de los elementos estéticos más significativos de esta fiesta popular son las flores, las cuales hemos podido ver representadas de todas las formas posibles en esta colección crucero.

Y todo manteniendo la esencia de la firma, no solo a través de determinadas prendas clave que se inclinan más al propio estilo Max Mara, sino también conservando la paleta de color (centrada en los blancos, beiges, camel y negros) a pesar de mostrar un estilo más boho chic.

Una licencia poética perfecta.

Sara Del Río @saradrh