nos colamos en el Backstage de la Copenhague FW

La CPHFW nos muestra como hacer las cosas mejor. Sostenibilidad y diversidad en una Fashion week que escapa de lo convencional.

Todas las imágenes por Ionela Bona.

El backstage de la fashion week de Copenhague nos enseña mucho de la sociedad danesa. Personas concienciadas que anteponen el bienestar humano y la sostenibilidad a cualquier otra cosa.

En ellos,  desde el minuto 0 hay cafeteras, agua, zumos, fruta y comida healthy. Todo ello a plena disposición de quienes están ahí trabajando, ya sea personas externas a la firma o del propio equipo. Todas las bebidas en recipiente de cristal y los zumos en bricks de cartón, así como la comida. Así, queda patente que ellos piensan, dicen y actúan en verde.

En cuanto al tema familiar, no fue fácil disimular el desconcierto al ver niños de todas las edades pululando tranquilamente entre modelos, fotógrafos y demás profesionales. Ellos sabían prestar atención a su entorno en todo momento para quitarse del plano de una foto, o incluso eran conscientes de cuando tenían que ayudar. De hecho, en el Ensayo de Henrik Vibskov, la persona que dirigía la actividad llevaba un portabebés, y el pequeño dormía protegido de la música gracias a unos enormes cascos de cancelación de ruido.

Mencionando la música, el techno dominaba los desfiles, muchos de ellos con un DJ que en directo iba pinchando las mezclas (en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid se dio de manera excepcional en el caso del último desfile de Álvaro Calafat).

Otra diferenciación la encontramos en la disposición y gestión de espacios. Nada más llegar a las localizaciones, apreciamos una sala con tres zonas no separadas entre ellas. Una es la de catering, otra la de maquillaje y por último los vestidores. Toda la preparación antes de un desfile ocurre en ese lugar.

El área de maquillaje suele estar distanciada de donde se visten los modelos pero aquí todo confluye y el intercambio de información es constante. Quien diseña puede decir: “Estoy viendo que el pintalabios no es de un tono tan oscuro como para hacer el contraste ideado con las prendas, ¿puede ser más oscuro?” y las maquilladoras, con las modelos vestidas y listas para salir, realizan estos cambios al momento. 

También, en los zapatos de los modelos, al disponer el look de cada uno, colocan etiquetas con el número de pie y el nombre del modelo que las lleva. Es un método efectivo para evitar errores. Y siguiendo el mismo hilo, el ensayo de pasarela antes del desfile debe efectuarse obligatoriamente con los zapatos ya puestos para comprobar el confort de su portador al caminar.

Por otra parte, hay numerosos fotógrafos y videógrafos en backstage, muchos y por doquier. Mínimo uno de vídeo y otro de fotografía oficiales de la firma y otros dos igual para la organización CPFW. Pero no portaban ese negro impoluto como se suele llevar en España. Ni maquilladores, ni equipo de sonido, ni nadie. La expresión personal a través de la indumentaria que hay en ese país ignora completamente la circunstancia o el lugar. Visten como gustan, y con colores o tipologías de prendas modernas, divertidas, vivas. No se adaptan ellos a la moda, es la moda la que ellos modulan a su voluntad.

En último lugar, añadir que, en todas las disciplinas involucradas en la correcta ejecución de un desfile, encontramos personas equipos de gran diversidad tanto de género como de etnia o nacionalidad. Hay tantas mujeres o más que hombres y personas de diferentes partes del mundo dirigiendo o gestionando. Para ejemplificar: la mitad del equipo de STAMM es de India; y en Munthe, Paolo Basile, el director de PR, nos confirmó que el 96% de la firma está compuesta por mujeres.

Backstage de la Copenhague FW

En definitiva, está claro que La Copenhague Fashion Week sorprende tanto de puertas para fuera con sus desfiles, diseños y streetstyle que de puertas para dentro, con su propia forma de hacer las cosas. Todo ello acorde con una filosofía de vida que parece estar más en el futuro que en el ahora.

Ionela Bona @linboni