La semana pasada en la Fashion Week de Copenhagen Stine Goya presentó su colección AW23. Un show donde el hielo fue el elemento principal de una puesta en escena que perpetúa la trayectoria de la firma.
En el decorado de la pasarela, creado en colaboración con los arquitectos SPACON & X, se erigían tubos acrílicos teñidos de azul que marcaban el camino. Así, se pretendía jugar con el punto de cristalización del líquido que estos tubos contenían, y generar este efecto sorprendente y visualmente satisfactorio que es capaz de congelar una sustancia en pocos segundos.
La colección, bajo la misma premisa, se construye en torno a prendas técnicas, pelo y adornos de cristal que nos transportan a la nieve y provocan estos carácterísticos reflejos solo visibles en una escapada a la montaña. Además, los prints recuerdan al agua, el mar, remarcando el más crudo invierno.
Según la propia diseñadora, “Esta temporada, nuestro lenguaje del amor es el hielo. Pura celebración de un invierno infinito”. Su objetivo es representar a una heroína moderna, un personaje que vive en la nieve pero mantiene la extravagancia junto con la funcionalidad.
Manu Sanch @manu__sanch
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