La carrera de Birkin despegó en los años 60, cuando dejó el Londres psicodélico por París y el cine Novelle Vague. Debutó en su primera película francesa, Slogan, e inició una apasionada y creativa relación con Serge Gainsbourg. La pareja se convirtió en el rostro de la contracultura: su relación, mezcla de bohemia chic y exaltación de la sensualidad, era tan poco convencional como icónica.
Pero su belleza no se limitó a un mero escaparate, la actriz se convirtió en una de las musas del director Jean Luc Godard. Formando parte del reparto en 3 películas del francés, en las que se la caracteriza por su bolso de mimbre, esas enormes gafas redondas, su pelo alto, camisas blancas y vaqueros, un estilo sencillo pero muy sofisticado. Trabajó con Godard en Soigne Ta Droite, en esta película nos enseñó como un par de hombreras en una americana y lo bien que combina con unos vaqueros.
El estilo personal de Birkin iba desde los vestidos y blusas transparentes all ganchillo y los linos blancos. Conocida por su discreta sensualidad, Birkin se dejaba ver a menudo con camisetas blancas, vaqueros azules o chaquetas de traje masculino, siempre con su característica. Llevaba su ropa de noche con mucha confianza, vestidos con escote en la cintura, trajes con tachuelas en los pezones, lentejuelas hasta el suelo. Sin embargo, seguía siendo sencilla y precisa, redefiniendo el concepto de “básico” en el mundo de la moda.
El bolso Birkin de Hermès, posiblemente el epítome de la exclusividad en la moda, nació de un encuentro casual con Jean-Louis Dumas, director general de Hermès. Birkin se quejaba de no encontrar nunca un bolso de piel que se adaptara a sus necesidades, lo que dio lugar a una colaboración que desembocó en el icónico bolso Birkin. A pesar de ser un símbolo de estatus entre la élite adinerada de la moda, el enfoque que Birkin daba al bolso era irreverente. Lleno hasta arriba de coasas y decorado entero de accesorios, el bolso era un testimonio de su estilo y personalidad únicos.
En una época en la que el estilo es a menudo producto de algoritmos digitales, el legado de Birkin nos recuerda la belleza del caos, la liberación y la vida plena. Una vez dijo: “¿Pero quién quiere una vida fácil? Es aburrida”. Fiel a sus palabras, la vida de Birkin fue de todo menos aburrida. Deja tras de sí un legado que sigue inspirando e influyendo, testimonio de su elegancia atemporal y su espíritu indomable.
Javi Lara @_javilara
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