'thrifting clothes', el auge de la ropa de segunda mano

Comprar ropa de segunda mano no es nada nuevo, sin embargo, durante estos últimos años la mirada sobre lo que supone esta práctica ha cambiado. Si bien antes no era bien visto por todos, las nuevas generaciones han revalorizado este modo de comprar que promueve un nuevo funcionamiento en la industria: el slow fashion.

May Sterling, vendedora de ropa vintage, vía Instagram

De toda la vida ha existido la ropa de segunda mano, seguramente todos recordaremos los clásicos mercadillos de nuestro pueblo, la tienda de antigüedades de nuestro barrio, o la clásica herencia de ropa que te dejaban tus primos mayores… Sin embargo, no ha sido hasta hace pocos años que se habla de un ‘auge de la compra de segunda de mano’, o como popularmente llaman en redes ‘going thrifthing’ o ‘thrifted clothes’. Y es que, no es solo que se haya popularizado, si no que lo realmente importante es que la visión que teníamos de este modo de compra ha cambiado por completo

Mientras antes el miedo a que estuviese defectuoso, sucio o, en definitiva, no fuese nuevo, desprestigiaba a la gente que usaba la ropa usada…ahora el estilizar ropa ‘thrifted’ te convierte en toda una persona que está al tanto de lo que la moda y además es consciente con el medio ambiente. Una declaración de intenciones que te posiciona, intencionadamente o no, en el funcionamiento que debería tener esta industria.

Humana Store vía Instagram

Por supuesto, el auge de esto no es casual, como siempre estamos amparados por un contexto del que no nos podemos desprender. En este caso, todo apunta a que fue la pandemia la cual impulsó que esto ocurriera, el estar encerrados en casa no solo promovió que la compra y venta en plataformas online se disparará, sino que también disparó los discursos a favor de una moda más ética, de proximidad y local. Así, en cuestión de dos años pasamos de que la ropa ‘vintage’ fuera algo más ocasional, a que la ropa ‘thrifted’ fuera la nueva tendencia, especialmente para las nuevas generaciones. 

Sin duda, una situación que cambia el modo de consumo de cientos de compradores. Aquí, comprar ropa pasa de ser algo en lo que meramente se adquiere una pieza, para ser toda una experiencia donde el buscar, el jugar y el descubrir son parte esencial que motiva las ventas. Y no solo eso, sino que, el compartir más tarde en redes como TikTok lo que has encontrado, lo cual impulsa el revival de la moda de archivo, finaliza toda una experiencia que a la generación Z le apasiona. 

Plataformas como Vinted, Depop, Grailed o The RealReal han crecido en estos últimos dos años de manera exponencial. Abanderadas de la moda sostenible y circular, poco a poco empiezan a poner contra las cuerdas a grandes marcas de ropa que ya buscan como introducir la ropa de segunda mano entre sus métodos de venta, tal y como anunció Zara con su plataforma Zara Pre Owned. 

Aunque con todo, los problemas con este tipo de consumo empiezan a aparecer. ¿El principal? La problemática de la oferta/demanda. Análisis lanzados por páginas como ThredUp afirman que son muchas más las personas que quieren comprar frente a las que quieren vender, un desequilibrio que da margen a que el fast fashion siga produciéndose de forma habitual. Con todo, esto no frena que en los próximos años el valor y la facturación de los comercios de segunda mano siga creciendo cada vez más. 

Looks second hand by Grailed vía Instagram

Cabe mencionar también como los nuevos diseñadores adaptan estas corrientes a sus nuevos métodos de fabricación de ropa. Surge aquí el ya famoso término ‘upcycled’, el cual consiste en diseñar y confeccionar prendas a partir de tejidos o piezas que aún pueden tener una segunda vida

Diseñadoras como Tania Marcial, con la cual charlamos sobre su visión de las nuevas dinámicas de la moda, comienzan a resonar más cada vez en el panorama español. A la vez, nos encontramos a los diseñadores @yvonneandmitchel, famosos por sus videos enseñando sus procesos, o Alexandra Armata, quien usa el denim en todas sus versiones posibles a través del juego del upcycled.

izq. diseño by Tania Marcial vía Instagram/dcha. Alexandra Armata vía Instagram

Respecto a marcas, existe un abanico cada vez mayor que apuesta por esta forma de producción. Entre ellas nos podemos encontrar Rave Review, famosa por utilizar patchworks de estampados escoceses, o Nena Barcelona, marca emergente donde el handmade y el upcycling se fusionan para crear nuevas piezas inspiradas en el mundo rave.

izq. Rave Review vía Instagram/dcha. Nena Barcelona vía Instagram

En definitiva, el panorama es esperanzador. Y aunque quizás la brecha que ha dejado el fast fashion el el mundo es demasiado grande, nunca es demasiado tarde para apostar por el cambio. Ahora queda esperar a ver cómo evoluciona este año la ropa de segunda mano. ¿Conseguirá la moda thrifted ser la práctica por excelencia entre los jóvenes? ¿Conseguiremos reducir el impacto del fast fashion? ¿La compra de segunda mano quedará relegado al online?

Las respuestas por ahora no la sabemos, pero cada uno puede ir aportando sus propias respuestas cada vez que decida adquirir nuevas prendas.

Silvia Fernández @siilviafernandez